Fluido y orgánico a pesar de ser hormigón. Estos son las primeras impresiones de la vivienda situada entre las ciudades japonesas de Kobe y Osaka. El despacho de “NRM Architects”, de Shunichiro Ninomiya y Tomoko Morodome, se diferencia con su lenguaje de edificio de forma consciente de la rigidez de la arquitectura japonesa. La casa de la localidad Kurakuen refleja las formas orgánicas y onduladas de la naturaleza.
Los dos arquitectos han seleccionado el hormigón como material principal. Con este se pueden realizar estructuras y formas orgánicas así como construcciones muy delgadas y onduladas con una superficie uniforme. El edificio entra en una simbiosis fascinante entre forma y entorno por el material de construcción seleccionado.

Los arquitectos Shunichiro Ninomiya y Tomoko Morodome pretenden integrar en el baño la naturaleza en el espacio y el espacio en la naturaleza con el amplio ventanal, las claraboyas y el lavabo Vero de Duravit. Pero el arquitecto Shunichiro Ninomiya no solo quiere comunicar con el paisaje a través de la ventana sino también con la tierra y el suelo. Esta interacción se ha plasmado en el edificio a través de su forma base, como comenta el arquitecto.

El edificio recibió en el 2012 el premio japonés de arquitectura „Osaka Association of Architects & Building Engineers“. Este premio contempla entre otras cosas también la evolución de la tecnología y la cultura de la arquitectura japonesa.